En lo que al entorno de la sierra de Urbasa se refiere vamos a realizar dos paradas.
La primera en las praderas y el bosque que la coronan, donde los apacibles caballos nos dan la bienvenida mientras pastan tranquilos.
La combinación de verdes prados con la densa vegetación lo convierten en un paisaje singular en el que perdernos.
La segunda en el Nacedero del Urederra. Es un placer perderse por las orillas de este riachuelo y llegar hasta la misma falda de la montaña donde comienza su recorrido.

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